Nuestra Señora de las Angustias

Escultor, Luis Marco Pérez (1959)

La talla de Nuestra Señora de las Angustias fue encargada por esta cofradía a Luis Marco Pérez, prolífico pintor y escultor conquense, que desplegó su obra en un buen número de poblaciones castellanas.

Hablamos de un grupo escultórico al estar integrado por dos esculturas independientes representando a la Virgen María en posición de Piedad sosteniendo el cuerpo yacente de Cristo. Es una composición estilizada de esquema triangular aunque sin la excesiva rigidez que han caracterizado estas obras a lo largo de la historia.

La Virgen de las Angustias o Virgen de la Piedad (distintas advocaciones para un mismo tema religioso) es una imagen de marcado expresionismo en la que la Madre, con expresión dolorida, sostiene el cuerpo inerte de Cristo entre sus brazos tras ser descendido de la cruz. La Virgen, esculpida como una mujer joven, no mira directamente a Cristo sino que con mirada serena acepta silente la voluntad divina.

La Virgen es una talla de cuerpo entero con objeto de ser ataviada con vestido, manto y corona propio de imágenes religiosas que procesionan en Semana Santa. Es precisamente esta indumentaria propia de las vírgenes dolorosas la que acentúa su pena.

Esta virgen presenta un rostro joven, de rasgos suaves con una expresión de dolor y tristeza representados en sus labios y una mirada triste acentuada bajo largas cejas arqueadas.

Se encuentra sentada sobre una sencilla banqueta y está dotada de una vestimenta tallada constituida por una túnica plegada por el estrecho cinturón que marca el talle y deja caer unos gruesos pliegues que se asemejan a la caída natural de la túnica sobre la peana dejando al descubierto parte de los pies.

Su tamaño es algo pequeño en relación al Cristo yacente con la finalidad de poder ser vestida con la indumentaria que le es propia.

(VESTIMENTA)

El Cristo es una talla de cuerpo yacente que descansa sobre las piernas de la Virgen en esquema diagonal desde el hombro a la cadera de la misma con el torso ligeramente inclinado hacia la derecha. Presenta un cuerpo hercúleo, anatómicamente bien definido, que muestra rasgos lívidos y luce una expresión corporal trágica y dolorida.

La cabeza descansa sobre la mano derecha de la Virgen y transmite fielmente la crudeza del dolor sufrido durante su pasión representado con un rostro con boca y ojos entreabiertos, pómulos marcados y ceño fruncido.

La mano izquierda del Cristo se sostiene sobre la mano de la Virgen. El brazo derecho acompaña la inclinación del torso dejándose caer hacia la peana.

Las piernas se doblan por las rodillas en un ángulo muy acusado y descienden juntas hasta cruzarse a la altura de los tobillos llegando a la peana.

Cabe destacar que la única vestimenta del Cristo es un sudario tallado envolviendo las caderas de este, de la misma manera luce unos gruesos pliegues que asemejan los de un sudario natural.


REPLICA DE NUESTRA SEÑORA DE LAS ANGUSTIAS


Escultor, Francisco José Bermejo Martínez (2003)

Existe una réplica de menor tamaño de esta talla fabricada en terracota cocida por el escultor murciano Francisco Bermejo.

La talla luce Manto y vestido en terciopelo negro confeccionado por Dña. Isabel Tendero Sánchez, Camarera Mayor de la Congregación-Cofradía, auxiliada por Dña. Pilar Tendero Sánchez. El manto está bordado en hilo de oro en la localidad albaceteña de la Roda.

Presenta además, rostrillo y sudarios confeccionados también por Dña. Isabel Tendero Sánchez.

Tanto la corona como el corazón de esta réplica están manufacturados en metal bañado en oro, por la empresa albaceteña Pripimar.

Esta imagen dio origen a la Procesión Infantil “Dejad que los niños se acerquen a mí”, organizada por esta Congregación-Cofradía en el año 2003.

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